Aunque ya había visitado yes.fm en una ocasión como consecuencia de una entrada en Loogic en la que se hablaba de su presentación, lo cierto es que era uno de esos servicios que estaba aburriéndose en mi lista de "a probar". Gracias a una entrada en el blog de María Encinar me he decidido a probarlo, principalmente porque María destacaba el aspecto emotivo que la lleva a establecer sus preferencias por determinados servicios cuando el factor coste pierde su importancia.
Yes.fm es una radio a la carta en Internet, que tiene un extenso catálogo y que plantea un interesante modelo de negocio. Después de probarlo comenté en twitter que no está nada mal, pero que tienen algún punto débil, como la calidad de la información que proporciona sobre los artistas, que resulta escasa y, en algún caso inexacta (ponía el ejemplo de que al buscar a Juan Perro se ofrecía, en inglés, una breve biografía de Radio Futura cogida directamente desde la Wikipedia). Pues bien, poco tiempo después me encontré la agradable sorpresa de un mensaje de yes_fm en twitter en el que reconocían que no están satisfechos de ese sistema automático de obtención de la información y que tienen que mejorarlo. Aunque parezca una pequeñez, un detalle de este tipo puede ayudar enormemente a formar una imagen positiva de un servicio, porque traslada al usuario una cierta sensación de proximidad, de trato personalizado. En definitiva, crea emotividad en el usuario, lo que lo hace ser más proclive a volver a utilizar ese servicio.
A raíz de la entrada de María y de esta pequeña experiencia me pregunto en qué medida las empresas son o no conscientes de la importancia que este tipo de servicios de microblogging (cercanos y al mismo tiempo discretos y poco intrusivos) puede tener en la fidelización de sus usuarios. Y sobre todo en servicios 2.0, donde el factor coste prácticamente desaparece pues el valor de los contenidos tiende irremediablemente a cero.
Yes.fm es una radio a la carta en Internet, que tiene un extenso catálogo y que plantea un interesante modelo de negocio. Después de probarlo comenté en twitter que no está nada mal, pero que tienen algún punto débil, como la calidad de la información que proporciona sobre los artistas, que resulta escasa y, en algún caso inexacta (ponía el ejemplo de que al buscar a Juan Perro se ofrecía, en inglés, una breve biografía de Radio Futura cogida directamente desde la Wikipedia). Pues bien, poco tiempo después me encontré la agradable sorpresa de un mensaje de yes_fm en twitter en el que reconocían que no están satisfechos de ese sistema automático de obtención de la información y que tienen que mejorarlo. Aunque parezca una pequeñez, un detalle de este tipo puede ayudar enormemente a formar una imagen positiva de un servicio, porque traslada al usuario una cierta sensación de proximidad, de trato personalizado. En definitiva, crea emotividad en el usuario, lo que lo hace ser más proclive a volver a utilizar ese servicio.
A raíz de la entrada de María y de esta pequeña experiencia me pregunto en qué medida las empresas son o no conscientes de la importancia que este tipo de servicios de microblogging (cercanos y al mismo tiempo discretos y poco intrusivos) puede tener en la fidelización de sus usuarios. Y sobre todo en servicios 2.0, donde el factor coste prácticamente desaparece pues el valor de los contenidos tiende irremediablemente a cero.
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