
En este artículo de McKinsey Quarterly (Motivating People: Getting Beyond Money) se muestran los resultados de un estudio que compara tres tipos de incentivos no económicos con otros tres incentivos económicos habituales. Según los resultados, la felicitación, la atención personalizada y brindar la oportunidad de liderar proyectos propios pueden ser sistemas bastante más eficaces que los bonus por objetivos, stock options y demás.
Aunque, como todos estos estudios, hay que pasarlo por el tamiz de la matización y el escepticismo (por ejemplo, no parece que los bonus de los directivos de los grandes bancos que nos han llevado a todos al borde del precipicio les tengan precisamente sin cuidado), no está de más recordar estas cosas en una época en la que la incentivación económica se hace especialmente complicada para muchas pequeñas y medianas empresas.
3 comentarios:
Non o citas explicitamente, pero entendo que a reflexión tamén se estende ao ámbito académico. Ou cando menos, debería!
Pues la verdad es que no me apeteció meterme en ese jardín ;-)
¿Cómo se motiva al profesorado en un momento en el que se le exigen tantos cambios como los de la adaptación a Bolonia? ¿O es responsabilidad suya llegar motivados de casa? ¿O es una mezcla de ambas cosas?
Por otro lado, en los cursos a los que voy sobre metodologías docentes, trabajo colaborativo, etc, es recurrente el tema de que los alumnos "no están motivados", pero no suele haber acuerdo en si tienen que venir motivados de casa o es tarea nuestra el hacerlo (yo creo que sí, aunque siempre tiene que haber algo de materia prima).
El profesorado de la Universidad más que motivar lo que hace es desmotivar.
La mayoría no han pisado una empresa en su vida. No saben lo que hay en el "mundo real". Viven aislados en su confortable "burbuja académica" y así nos va.
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