martes, 14 de octubre de 2008

¡Que inventen ellos!


Leo hoy en El País que, "si las universidades públicas necesitan 100 euros para pagar a su personal, los fondos que reciben de las comunidades autónomas para todos sus gastos son, como media, de 107 euros". Hace un par de días, en el mismo periódico se señalaba que la falta de fondos en la Universidad de Santiago pone en peligro proyectos europeos conseguidos gracias a la calidad del curriculum de sus investigadores, y en competencia con otras universidades europeas (la foto, procedente del artículo de El País, muestra el laboratorio de Química Orgánica de la Universidad de Santiago, donde aunque no lo parezca trabajan en proyectos de nanotecnología).

La situación en la que llevan a cabo su trabajo los investigadores de muchas universidades españolas sólo se puede calificar como esperpéntica, y así y todo, echándole ilusión, coraje, horas y mucha imaginación, muchos grupos de investigación son punteros en sus ámbitos y compiten de tú a tú por proyectos con colegas de países en los que tienen muy claro que una sociedad es el reflejo de su sistema educativo e investigador.

Si después de un largo ciclo de bonanza económica nos encontramos a la primera de cambio con esta situación, da pánico pensar en lo que puede ocurrir cuando la crisis impacte de lleno en los presupuestos del Estado y de las comunidades autónomas. Y más, cuando en algunos sitios como en la Comunidad de Madrid aprovechan que el río baja revuelto para continuar desmontando, por la vía del desprestigio y el estrangulamiento económico, los servicios públicos (primero fue la Sanidad, y ahora parece que le toca a la Universidad).

Aquel "¡Que inventen ellos!" sigue, por desgracia, muy presente en este país.


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