jueves, 12 de febrero de 2009

El manual en extinción


Desde Pearson Educación me envían el siguiente mensaje:
Pearson Educación lleva más de 100 años publicando manuales universitarios. A lo largo de este tiempo hemos comprobado cómo la compra y el uso de un texto obligatorio, incrementa el porcentaje de aprobados de la asignatura en cuestión. Por ello, desde www.pearsoneducacion.com/bibliopresentaciones podrá descargarse la bibliografía recomendada en un formato visual y atractivo que hará aumentar el interés de sus alumnos por el manual recomendado y, por ende, por su asignatura.
Reconozco que, como el 90% de los profesores universitarios de este país, mis conocimientos sobre didáctica y pedagogía son bastante escasitos, a pesar de llevar dando clase desde el año 91. Un día terminé la carrera y a los tres meses estaba dando clase. Desde entonces he ido generando mi propia experiencia a base de buena voluntad, sentido común y algunos cursos, tratando de transmitir lo mejor posible los conocimientos a mis alumnos.

Las preguntas más recurrentes a principios de curso suelen ser del estilo "¿qué libro sigues en la asignatura?" Y la respuesta no suele gustar a todos los alumnos, porque yo hace años que no sigo EL LIBRO de la asignatura (aunque admito que seguí unos años el Pressman, de Ingeniería del Software, como la Biblia). Ya no creía en el sistema ni cuando estudiaba: tengo una enorme tendencia a dormirme cuando algo me aburre, y en la facultad lo pasaba realmente mal en muchas clases, porque cuando un profesor SIGUE un libro tarde o temprano te preguntas si no serás más productivo leyéndolo tú en la biblioteca. Y así, en efecto, en cuarto y quinto estuve más en la biblioteca que en clase en muchas asignaturas que funcionaban bajo este esquema.


Dicen los de Pearson que cuando se sigue un único manual hay más aprobados. Pues claro: acotas el campo a lo que opina un único autor y profesores y alumnos son felices en ese pequeño redil: al profesor no le incomodan con preguntas sobre cuestiones o puntos de vista que no aparecen en el manual y el alumno sabe qué tiene que aprender para superar el examen.


Pues no me gusta ese sistema. Ya no me gustaba cuando sólo tenía la biblioteca para complementar la asignatura, pero mucho menos ahora, en que la Biblioteca de Borges se ha encarnado en Internet. Señores de Pearson, yo respeto enormemente a quien se gana la vida vendiendo libros, pero creo que como los señores de la prensa y la música, las editoriales tienen que empezar a pensar en introducir variantes en su modelo de negocio, que ya no puede basarse en un libro acompañado de unas bonitas transparencias. Porque el estudio del alumno no se puede basar en la lectura de UN libro.


En mis clases utilizo varios libros, por supuesto, y para cada tema los alumnos saben qué capítulos recomiendo de las diferentes lecturas, pero es que además hoy tenemos la inmensa suerte de tener a nuestra disposición una enorme cantidad de recursos que, bien combinados, permiten no sólo abrir el foco de la asignatura sino también hacer las clases y el estudio más entretenidos. Hay que asumir que a los alumnos ya no se les puede tener dos horas aguantando un rollo enorme, una clase tras otra.
Su capacidad de atención, como la de toda la sociedad, se ha reducido por un número cada vez mayor de estímulos y de información que nos llega de todas partes y en diferentes formatos. Sin renunciar a que el alumno adquiera el irrenunciable hábito de la lectura profunda, necesario para que exista capacidad de pensamiento profundo, hay que tratar de aprovechar herramientas que les resultan conocidas para acercarnos a su idioma y a sus expectativas, tratando de capturar su atención. No es fácil encontrar una combinación equilibrada de libros, foros, blogs (lectura y escritura), vídeos, wikis, etc, sin caer en el absurdo o marear al alumno, pero hay que probar y poco a poco se va encontrando el equilibrio e identificando las herramientas que nos sirven y las que no nos sirven.

De eso tiene que ir Bolonia, entre otras cosas: de que el alumno incremente su responsabilidad en el estudio y se organice y trabaje desde el primer día, pero también de que el profesorado busque alternativas y se moleste en adquirir las herramientas y competencias necesarias para salir de la pesadez de la ecuación clase=rollo_de_2_horas+transparencias+manual

Eso sí, también la aplicación de Bolonia en este país también debería ir de que al profesor se le empiece a valorar por la calidad de su docencia y no sólo por la de su investigación, pero "esa es otra historia que merece ser contada en otra ocasión."

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