domingo, 27 de enero de 2008

¿INGENIERÍA informática o ingeniería INFORMÁTICA?


El pasado jueves estuve en la Universidad de Alcalá de Henares en la I Jornada de Diseño de Planes de Estudio de Grado en Ingeniería Informática, organizada por AENUI (Asociación de Enseñantes Universitarios de la Informática). Hacía muchos años que, por diferentes motivos, no asistía a un evento organizado por AENUI, y tengo que decir que ha sido un gran error por mi parte no haber prestado más atención a las excelentes Jornadas que, año tras año, organizan, las JENUI (Jornadas de Enseñanza Universitaria de la Informática). Y es que como todos sabemos, un profesor universitario es alguien a quien le pagan por dar clase pero a quien evalúan por su investigación, así que casi todos acabamos derivando nuestra principal atención al ámbito de la investigación, dejando un poco de lado la innovación y el replanteamiento continuo de nuestras actividades docentes. En los casos extremos, para algunos profesores la docencia es eso que de vez en cuando interrumpe su actividad investigadora, un mal inevitable que, en la medida de lo posible, hay que sortear con el menor esfuerzo posible.

Fue una gran alegría constatar que asistieron representantes de la práctica totalidad de las universidades españolas, y es que finalmente las Escuelas y Facultades de Ingeniería Informática nos hemos tenido que poner manos a la obra para adaptar nuestras titulaciones al Espacio Europeo de Educación Superior. Siempre existirán en un Consejo de Centro aquellos que aboguen por vestir la vieja mona de una nueva seda, pero por suerte hay, en nuestro ámbito, unas enormes ganas (y necesidad, por qué no decirlo) de decir adiós a la vieja mona y de ver esta necesidad de cambio como una gran oportunidad para hacer las cosas bien.

Las jornadas consistieron en tres conferencias y una mesa redonda con los conferenciantes, representantes de AENUI y la gran trabajadora que es María-Ribera Sancho, Decana de la Facultad de Informática de Barcelona y actual Presidenta de la CODDI (Conferencia de Decanos y Directores de Informática).

Aunque las tres conferencias fueron fantásticas y estoy seguro de que a la mayor parte de los que allí estábamos nos sirvieron para abrir los ojos en muchos aspectos, me gustaría destacar ahora la que corrió a cargo de Ray Fernández, de la Universidad del País Vasco y presidente de la asociación Internet&Euskadi, titulada "¿Dónde está la mayúscula? Planes de estudios y mundo empresarial". La mayúscula del título de la charla se refiere a que los responsables de la elaboración de planes de estudio tienen la obligación de preguntarse si quieren formar INGENIEROS en informática o, por el contrario, ingenieros en INFORMÁTICA. Si quieren poner la mayúscula en la I de Informática o en la I de Información. Y es que la cuestión no es baladí y marcará el futuro del papel que jueguen los ingenieros informáticos en el sector de las TIC en particular y en el desarrollo de la Sociedad de la Información en general.

Ray traza un paralelismo con lo que ocurrió con la industria del metal y sus fábricas, donde acabaron desarrollándose dos tipos de ingenierías: la Ingeniería Mecánica y la Ingeniería de Organización, una orientada a la técnica del metal y la otra a la mejora de los procesos productivos y sus resultados, y afirma que la Ingeniería Informática se halla en una encrucijada similar, con dos tipos de demandas de naturaleza tan diferentes que no pueden ser afrontadas con éxito en un único plan de estudios.

Por otra parte, según Ray

"el mundo empresarial demanda a sus ingenieros una serie de competencias no técnicas, y la ingeniería informática no es excepción. Quienes carecen de ellas pueden tener, no hay duda, una gran carrera profesional, pero tienen menos opciones, y competirán con personas que han necesitado menos años de formación para llegar a esa competición, viendo probablemente defraudadas en parte sus expectativas, y transmitiendo al mercado una idea equivocada de qué es un ingeniero en informática."

En definitiva, los Consejos de Centro de las Escuelas y Facultades de Ingeniería Informática de este país tendrán que decidir en los próximos meses cual es la opción que consideran más adecuada para sus nuevos títulos de Graduado en Ingeniería Informática: formar al "artesano creador", el "científico aplicado", el "ingenioso solucionador", ... o a todos ellos a la vez. Por supuesto, cada miembro del profesorado tendrá su propia visión al respecto, pero lo que está claro es que las empresas tienen su propia visión, en la que seguro que habrá más unanimidad que dentro del ámbito académico. El profesorado de las Universidades tenemos la innata tendencia a ponernos estupendos y académicos, considerando enseguida nuestros ámbitos docentes y/o de investigación el ombligo de la carrera, la piedra angular de la formación de los futuros titulados, aquello sin lo que el titulado carecerá por completo de valor.

Sin embargo, las empresas de nuestro ámbito tienen muy claro que lo que necesitan es personal con conocimiento claro de la realidad de la industria, de las soluciones, los lenguajes, herramientas y metodologías que se utilizan (competencias técnicas informáticas), pero también de competencias técnicas no informáticas (saber elaborar y defender propuestas, gestionar y dirigir proyectos,...) y competencias no técnicas, "con cuya medida se evalúa el potencial para desempeños de naturaleza directiva (inteligencia emocional)".

Precisamente, al día siguiente de la Jornada, cuando aún estaba yo dando vueltas y saboreando la conferencia de Ray, estuve con Santiago Cárdenas, Director de la Regional Noroeste de Tecnocom, en la firma de un convenio por el cual la empresa patrocinará nuestro Máster en Consultoría de Software Libre. En la comida Santiago me dijo cuatro verdades de esas que duelen, pero que nos deberían de decir más a menudo a los decanos y directores de los centros universitarios, en relación con las debilidades formativas que su empresa detectaba en nuestros egresados. Tampoco es que fueran enormes, pero no dejaban de ser ciertas.

Tengo muy claro que nuestro principal reto como Escuela al ponernos manos a la obra en la elaboración de nuestra oferta formativa es alinear ésta con las necesidades reales de los empleadores, consiguiendo que esas verdades no surjan de vez en cuando en una comida, sino que sea el producto de un mecanismo efectivo de comunicación y colaboración entre formadores y empleadores. Si nos ponemos nuevamente estupendos y académicos, si nos limitamos a ofrecer a nuestros alumnos sólo aquello que ya sabemos sin plantearnos qué es lo que DE VERDAD NECESITAN, habremos perdido una oportunidad inmensa, la oportunidad de aprovechar el cambio para obtener ventajas y avanzar. A veces pienso que el Rectorado debería de regalar a todo el profesorado el libro "¿Quién se ha llevado mi queso?".


2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Hola Enrique

Soy Ingeniero Informático, tengo 46 años.
Quiero darte mi más sincera enhorabuena por tus artículos en este blog.
Siento que durante la carrera perdí muchas horas estudiando cosas inútiles. Los profesores me decían 'ya verás la utilidad más tarde' hoy sigo sin verla, simplemente estaban cómodos dando eso, sin preocuparse por los alumnos.
Al leer tus artículos me he dicho 'esto es honestidad'