sábado, 6 de septiembre de 2008

La calidad aún no interesa

Leo en MKM que la Asociación de Técnicos de Informática (ATI) considera al mercado español poco maduro aún en lo referente a los controles de calidad de las aplicaciones de software, tanto desde la oferta como desde la demanda.

Según la encuesta realizada por el Grupo de Calidad de ATI, más del 70% de los profesionales consultados consideran que los responsables de las empresas usuarias de las TIC (tanto de grandes empresas como de PYMES) no tienen una actitud de exigencia de calidad frente a sus proveedores de aplicaciones.

Por el lado de la oferta existen todavía grandes carencias en la aplicación de las técnicas de calidad en el desarrollo habitual de los proyectos, bien por falta de formación específica, por ausencia de una mecanismos o una política de calidad definida de la organización, o simplemente porque a una gran mayoría de profesionales de los desarrollos informáticos no les gustan las actividades de control de calidad.

No puedo decir que me sorprenda: he participado en el diseño de unos cuantos planes de estudios de titulaciones de ingeniería informática, y la experiencia me dice que cuando se intenta introducir competencias y contenidos relacionados con la gestión de la calidad, se producen unas resistencias viscerales y numantinas que parecen considerar que "eso de la calidad" no tiene mucho que ver con la ingeniería informática, que con un tema al final de alguna asignatura de Ingeniería del Software los alumnos ya van más que servidos. Además, en muchos casos aún nos encontramos a sesudos doctores en ingeniería informática que reducen todos los aspectos de la calidad a las técnicas de prueba que se enseñan en una asignatura de primero como Metodología de la Programación o similares.

Con suerte se acaba consiguiendo implantar una asignatura optativa de Calidad del Software, pero con actitudes como estas, demasiado asentadas todavía en muchas Escuelas y Facultades de Ingeniería Informática de este país, el "error informático" seguirá siendo considerado una especie de fenómeno meteorológico imposible de prever, algo tras lo que esconder errores de diseño, de gestión de proyectos o incluso políticos.

No estoy de acuerdo en que los Colegios Profesionales diseñen los planes de estudios, pero hay cosas que atentan directamente contra la calidad y el reconocimiento de la profesión y en este caso tienen mucho que decir.

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